Wednesday, December 18, 2013

Con una sonrisa basta

No cabe duda que sólo hace falta una sonrisa de mi niño para hacerme feliz. Hoy cuando llegué a recogerlo en casa de mi suegros, Diego gateó rápidamente hacia la puerta, se puso de rodillas y empezó a aplaudir muy emocionado. Es el mejor recibimiento que he tenido en mi vida.