Hoy es el tercer día que Diego no se ha sentido bien y el primer día que yo no me he sentido bien. Como es imposible dejarle de dar besos a Diego, pues ahora sufro las consecuencias y ya estoy enferma también. Ya teníamos cita para llevarlo con la doctora esta tarde, pero afortunadamente ya no fue necesario. Sus intestinos hicieron su trabajo y ha vuelto a la normalidad. Ahora solo falta que su gripa mengue.
Por lo pronto él estuvo feliz jugando conmigo y con Percy, su tren verde, en la cama. Su apetito regreso un poco y espero que sea suficiente para que duerma toda la noche.
Por otro lado, anoche recibimos la gran noticia de que Karla, mi prima quien sufrió el accidente, ya despertó del estado de coma. Reconoció a su madre y a su hermano y hasta les regaló una sonrisa. Será aún una larga recuperación pero esta respondiendo muy bien. Gracias Dios.