Después fué hora de irnos de pata de perro nuevamente.
Aquí vamos en el metro otra vez Diego, para que te vayas acostumbrando.
Llegamos a nuestro destino, la plazuela de la Capilla de San Sebastián. Cada vez que venimos a México venimos a visitar nuestra banca, pues es dónde hace 10 años, Jay me pidió que me casara con él.
Nuestra banca, aún sigue aquí.
Nosotros dos...
Y diez años después con nuestro pequeño retoño.
Después fuimos caminando a San Ángel y nos encontramos un parque en el camino. Diego aprovechó para deslizarse por la resbaladilla por un ratito.
Y dimos una buena comida después.
Después de un día de mucha acción, a dormir se ha dicho...buenas noches.