Cada día está más despierto, él sabe identificar perfectamente a papá y mamá. Cuando le preguntamos quienes somos nos señala y dice mamá o papá, según corresponda. Lo más tierno de Diego en esta etapa es que nos avienta besos a cada rato y también cuando nos estamos retirando de un lugar, dice bye, bye y se despide diciendo adiós con su mano también.
Diego sigue siendo muy bueno para dormir, lo acostamos entre 7 y 8 de la noche y duerme aproximadamente 11 o a veces 12 horas de corrido. Cuando se despierta en las mañanas, él puede pasar hasta 20 minutos jugando y platicando en su cuna.
Por otro lado, Diego ahora corre sin que le de uno alcance. Es muy chistoso pues quiere que uno lo persiga pero cuando va corriendo no va viendo por donde va, pues su atención está puesta en quien lo persigue, y muchas veces choca con la pared o con lo que tiene enfrente.
La inocencia y simplicidad de Diego se refleja en su risa espontánea y contagiosa. Amo cuando lo pongo en su cuna para dormir y me manda un besito de buenas noches. Diego es un buen niño y lo amo con todo mi corazón.
Diego
