Diego ha
tenido últimamente mucha pila en las noches. Hoy construyeron nuevamente un
fuerte, pero esta vez más grande. Una vez que el fuerte se cayó, Diego
aprovechó los cojines para saltar de uno a otro y se aventaba desde el sillón
también. Este niño no le tiene miedo a las alturas y se avienta como si nada.
Lo chistoso de esta noche fue que una de esas veces se sentó en el brazo del
sillón y se aventó a los cojines en la alfombra, le pregunté que quien le había
enseñado a aventarse así y su respuesta fue “Janis”. (Janis es la persona quien
lo cuida dos veces por semana). Ahora resulta que Janis le enseña a brincar
así. Ay Diego, no se te ocurrió otra idea mejor.
Otra anécdota
del día de hoy cuando íbamos a orar por los alimentos, Diego oró así “Gala,
amén”.