Por las últimas noches, a la hora de acostar a Diego, me pide que me siente en la silla de su cuarto hasta que se queda dormido. No sé que le ha dado, que parece que algo le espanta si está el sólo en su cuarto a la hora de dormir. Me siento en la silla y a los dos minutos me habla y dice "mami" creo que para asegurarme que sigo ahí, y así sigue preguntando por otros cuantos minutos hasta que el sueño lo vence.
Esta noche le dije, pon tu cabecita en tu oso y cierra tus ojitos para dormir que mamá se quedará aquí hasta que duermas. Según él ya están cerrados sus ojos, pero su gran sonrisa lo delata.