Por los
últimos dos días Jay y yo hemos estado organizando el cuarto de triques. Él
puso unos nuevos gabinetes y pinto de blanco. Entre que estuvimos moviendo
cosas de un lugar a otro, nos encontramos con el tablero de crokinole. Lo
sacamos para enseñarle a Diego como jugar y él encantado de la vida de jugar
con algo nuevo. Lo mejor del juego fue que cada vez que Diego ponía una ficha
en el centro, se lanzaba a los brazos de papá a darle un abrazo.
Después de
haber jugado con el crokinole, Jay y Diego disfrutaron haciendo un fuerte con
los cojines de los sillones. A Diego le encanta estar debajo de las cobijas y
entra y sale a cada instante.
Emocionado como siempre y agitando sus brazos como pajarito.
Diego y papá en su fuerte.