Diego no supo que hacer cuando sus pies se quedaron atorados entre los hilos de los globos, bueno, de hecho si supo que hacer, lloró para pedir ayuda. Así es Diego, nunca dudes en pedir ayuda cuando lo necesites, no hay nada malo en ello y no es señal de debilidad. Tu recibes de unos y tu das a otros, ese es el juego de la vida.