Pan de muertos y dulces

En cuanto le pregunté a Diego esta mañana que si quería ayudarme a hacer un pan de muertos, para pronto preguntó que si tenía que traer su silla a la cocina. Ya sabe que cuando me ayuda se para ahí.  A la hora de hacerlo siguió muy bien las instrucciones y hast uso su mandil esta vez.

 Mientras esperábamos a que la levadura hiciera su trabajo, salimos para ayudar a papá a recoger las hojas secas. Y claro, el juego no pudo faltar tampoco.

 Como siempre, él muy acomedido.

 Se llegó el momento de ir a pedir dulces a las casas.

Finalmente llegó a casa de sus abuelos.

 ...y después de algunas horas, el resultado final.

 Diego para pronto que lo probó.

 Creo que encontró una cama mejor. Él está listo para dormir después de un buen día con mamá en la cocina, con papá jugando con las hojas y en la calle pidiendo dulces.