Esta tarde mi mami se puso a jugar con Diego. Uso la tina roja en la que ella solía bañarme para hacerle trenecito a Diego. Quien iba a decir que 34 años después esa tina iba a seguir existiendo y mi bebé iba a jugar en ella. Diego también disfrutó del jardín el día de hoy. Estuvo como a veces decimos aquí "Acapulco en la azotea" sólo que en esa ocasión fue en el pasto. Me da mucho gusto ver como Diego se ha adaptado a su vida aquí en México. Afortunadamente no se ha enfermado y no ha mostrado señales de que algo le esté molestando. Bien por ti, Diego, pues este seguramente será tu rimo de vida. Viajando entre dos países para experimentar la riqueza de sus culturas. Diego es muy afortunado pues es un niño amado.
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