Caché a Diego con las manos en la masa. Esta mañana ofrecimos un desayuno para los jovenes de la iglesia, todo estaba listo y la comida ya estaba puesta en la mesa también. Yo estaba ahí en la cocina, haciendo otras cosas, cuando en eso volteo y veo a Diego robándose la fruta. El estaba come y come agarrando melón y piña a manos llenas. Me dio tanta risa verlo haciendo eso, como si nunca comiera.
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