Inmersión al francés

Esta tarde después de comer fuí a una conferencia que organizó el consejo educativo de Niagara (DSBN). Una de las mesas a las que asistí fue sobre el inscribir a los niños en un programa de inmersión al francés desde el primer grado. Esta era mí motivación para ir a la conferencia, el obtener más información sobre ventajas y posibles  retos que se pueden encontrar en el camino. De acuerdo a la información obtenida, creo que está decidido que Diego irá a una escuela de francés una vez que empiece la primaria. Sabemos que todavía falta un rato, pero nunca está por demás informarse a tiempo para evaluar pros y contras.

Mientras yo estuve en la conferencia, Diego se quedó en el servicio de estancia que ofrecieron ahí mismo. Cuando llegué a recogerlo, él estaba muy tranquilo, aunque dicen que lloró un poco después de que lo dejé. Todo bien después, no paraba de platicarme lo que veía a su paso. Diego, je t'aime.

Hace unas semanas empecé un juego con Diego a la hora de dormir. Nuestro beso de buenas noches es muy original, nos damos el beso de buenas noches a través de los barrotes de la cuna, pero no es solo un beso, Diego se mueve por toda la cuna y dice "aquí, allá" y yo tengo que ir al lado de la cuna donde el está y darle un beso ahí. Creo que hacemos esto como por más de dos minutos. Es divertido y ahora si no lo hago, no me deja salir del cuarto, se pega a los barrotes de la cuna y dice "beso, beso".