Janis me llamó a la oficina para decirme que Diego no se sentía bien. Cancelé mis citas de la tarde y fuí a recogerlo para llevarlo al médico. El médico dijo que no era una infección, pero su garganta estaba inflamada. Le recetó antibióticos de cualquier manera. Llegamos a casa, comió un poquito y tomó una larga y merecida siesta de 3 horas. Creo que se sintió un poquito mejor en la noche. Por lo menos ya quiso jugar con sus trenes nuevamente.
Por otro lado, yo tampoco me siento bien. Esta gripe no me deja, él único saludable ahorita es Jay.
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