Estas son algunas palabras que le escribí a mi bebé para despedirme:
“Bebé, que Dios te bendiga. Sabes que te amamos mucho tu papá y yo y que te esperábamos con mucha alegría. Queríamos que Diego tuviera un hermanito o hermanita, pero Dios lo ha decidido así en este momento y lo aceptamos aunque cause mucho dolor en nuestro corazón. Siempre te llevaré en mi mente y en mi corazón y nos diste mucha alegría e ilusiones por estos meses que estuviste en mi vientre. Te amo mi bebé y siempre te amaré”. Un angelito más está en el cielo.
...y yo me quedo con un hermoso changuito aquí en la Tierra.
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