Muchas personas ocultan su edad, yo no. Estoy muy orgullosa, feliz y agradecida con Dios por estos 37 años que me ha permitido vivir. Tengo lo mejor de la vida, que para mi es: Dios en mi vida, mi hermoso hijo que me recuerda momento a momento que lo más importante de la vida son los momentos que pasamos juntos cada día; un esposo que me ama y apoya en todo momento, una madre que para mi es el perfecto ejemplo de amor y lucha, mis hermanas que son mis mejores amigas, el resto de mi familia: cuñados, primas, primos, tías y tíos que me hacen pensar en lo importante que es mantener una relación estrecha; mi trabajo, el cual me llena profesionalmente y me motiva a ayudar a otros y gracias a eso el tener un techo y comida día a día. A veces pensamos que tener todo esto es como "debe de ser" y no nos damos cuenta de que muchas personas, en realidad, carecen de ello. Por eso es que tomo un momento para reflexionar en que soy muy bendecida al tener lo que tengo a mi alrededor. No puedo pedir más.
Pedí el día en el trabajo y Diego y yo nos quedamos en casa. Disfrutamos jugando al tren y también poniendo el árbol de navidad.
Diego acompañado de su oso y su perrito para dar una vuelta en su tren.
Muy cuidadosamente, Diego me ayudó a ponerle las esferas al árbol.
Ya se pueden dar cuenta de quien me ayudó, encontré dos o tres esferas juntas en una sola rama del árbol. Hizo un buen trabajo.
Y ya que papá llegó a casa, finalmente Diego puso el toque final, la estrella de Belén que guiará a los reyes magos.
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