Cada día que llegó a casa después de trabajar, procuro hacer algo diferente con Diego. A veces vamos al parque, a veces a caminar, algunos días vamos de compras y hoy por ejemplo fuimos a nadar. A Diego le encanta el agua, como ya lo he mencionado en otras ocasiones, pero lo mejor de ir a esa hora del día es que regresamos a casa y de tan cansado que está duerme como piedra. Asi es como debería de ser la infancia de cada niño; sin preocupaciones y con oportunidades cada día para disfrutar y reír.
No hubo foto el día de hoy, pero aquí están dos del baúl de los recuerdos. Hace un año exactamente, 8 de Octubre de 2013.
Que niño tan hermoso!
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